sábado, 20 de junio de 2009

El campeonato desde un punto de vista levemente diferente =) (Segunda parte)

Va la segunda parte (con las necesarias disculpas a Leopoldo)...!!!




Es el segundo día y llegamos nuevamente a la pista. Estamos a instantes de la largada de la segunda manga. Los pilotos están tensos y se mueven en busca de una buena posición para la salida. El viento es fuerte, pero no firme y obliga a corregir constantemente las velas. Minutos de nerviosismo, la largada se estira y los pilotos sienten un escozor en la nuca. Por fin, llega el anuncio: un minuto para la largada! Todo listo, la cuenta regresiva se activa y los pilotos extreman su atención. Cuando solo faltan 30 segundos el aire se enrarece. Los perros ladran y los niños tienen pensamientos oscuros, que no llegan a comprender. Una entidad celeste surca el cielo. Es el más completo de todos los ángeles, caído en batalla, que pasa por encima de los corredores con rumbo desconocido. Nuestros ángeles guardianes se distraen viendo pasar a quel que supo ser el más grande de todos (o que quizás lo siga siendo…).









Más abajo, el aire se perturba a su paso y el viento desaparece durante un par de segundos. Es tiempo suficiente para que varias velas caigan al piso al mismo tiempo. Apenas faltan 10 segundos para la largada y hay gente corriendo para acomodar las que yacen en el suelo. Tensión en la pista. Un piloto logra levantar su vela y cuando ésta alcanza el cenit, pierde presión y cae nuevamente. Pero antes de tocar el suelo vuelve a inflarse, arrogando al corredor sin control hacia delante. Luego, todo trascurre como si fuera en cámara lenta. Vemos un piloto volando desenfrenadamente hacia unos vehículos y el golpe es inminente. Intenta accionar el sistema de seguridad pero está trabado. Por delante hay una puerta entreabierta y un nene que no es conciente de lo que va a suceder. El ángel guardián del piloto todavía está perdido en el cielo. Permanece mirando al ángel sin nombre alejarse en el horizonte y solo en ese momento toma conciencia de su descuido. Abre su boca y lanza un grito sordo. Vuela desde las alturas al sitio en donde el desastre está por manifestarse. Vuela el ángel en picada y ya es tarde para evitar lo inevitable, pero pasa como un rayo por encima del auto y llega justo a tocar con su índice la frente del niño cubriendo la escena con la estela que deja a su paso.





Así se evita algo que pudo haber sido mucho peor. La historia sigue con ambulancias y hospitales, quejas reproches y pordioses, pero nada realmente malo ha ocurrido. Esa noche cenamos juntos para celebrar que un nuevo encuentro fue posible y que pese a las dificultades seguimos creciendo!





2 comentarios:

MAR dijo...

Me encanto la idea de que a todos y a cada uno de los que en el cielo colgamos una vela hay un cuerpo celeste que nos cuida...
si tubiera sombrero me lo sacaria ante estas lineas... como no lo tengo hago el gesto esperando que se entinda!
Feliz dia !!!!

gabriel civitillo dijo...

Tenia que ser hoy, Sabado gris ,con ocupaciones que me dejan sin poder volar con amigos pero con tu relato ejercite la memoria de una fecha particular ,que dejo un sabor extraño como bien lo describiste Gracias por todo

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