Casi siempre nuestros encuentros son accidentados, entre ausencias inesperadas y apariciones no anunciadas.
Los Pibes de Constantino crecimos juntos haciéndonos las mismas preguntas y obteniendo a cambio respuestas diferentes. O nuevas preguntas, también diferentes.
Los años nos encontraron entre asados improvisados, campamentos inolvidables, aventuras, trabajo social, TEG y esquinas de cerveza. Demolimos y construimos el mundo cientos de veces en largas charlas de madrugada y al final lo dejamos a medio armar y se tuvo que arreglar solo.
Esta vez Gonza, Cachi, Darki, Gus y un servidor nos vimos las truchas y repasamos temas importantísimos y vitales para el correcto funcionamiento del universo: el campo, el futuro de la economía nacional, las olimpiadas, los ideogramas, las costumbres orientales, el paradero de jose, autos europeos utilizados en china, algebra tres, juegos de computadora, la hija de dani y los celulares, entre otros.
Fue muy lindo volver a verlos, sobre todo a Gus, que había regresado de la madre patria, China, hacía muy poco.
Gus me trajo un regalo de China que trae suerte, el regalo, no el país.
Como no lo hiciera oportunamente, pongo un par de fotos del encuentro anterior, en el Sótano Club. La pasamos muy bien ese día.